La eliminación de microplásticos en formulaciones cosméticas es uno de los grandes retos actuales para los técnicos de laboratorio. La presión regulatoria, el impacto medioambiental y la demanda de productos más sostenibles obligan a replantear ingredientes que durante años han sido clave en términos de estabilidad, sensorialidad y rendimiento.

En este artículo analizamos dónde aparecen los microplásticos en cosmética, qué función cumplen y, sobre todo, cómo pueden sustituirse mediante alternativas técnicas viables.

¿Qué se considera un microplástico?

Según la ECHA, los microplásticos son partículas sólidas de polímeros (normalmente < 5 mm) que pueden incorporarse de forma intencionada en productos, incluidos los cosméticos.

Aunque históricamente se han valorado por su versatilidad técnica, hoy se cuestionan por su persistencia en el medio ambiente y su posible impacto sobre la salud humana.

¿Por qué es prioritario sustituir los microplásticos?

  • Regulación europea cada vez más restrictiva
  • Mayor sensibilidad ambiental del consumidor
  • Compromiso de marcas con formulaciones “microplastic-free”
  • Necesidad de anticiparse a futuras restricciones

Para los formuladores, el reto no es solo eliminar el ingrediente, sino mantener el rendimiento del producto final.

¿Dónde se utilizan los microplásticos en cosmética?

1. Como agentes exfoliantes

Durante años se emplearon partículas plásticas para la exfoliación física en productos rinse-off.

Alternativas técnicas:
  • Semillas y cáscaras vegetales micronizadas
  • Polvos minerales naturales
  • Materiales de origen renovable con granulometría controlada

Permiten mantener el efecto exfoliante con un perfil ambiental mucho más favorable.

2. Como modificadores reológicos

Algunos polímeros sintéticos utilizados para espesar o estabilizar emulsiones se consideran microplásticos.

Alternativas habituales:
  • Biopolímeros
  • Polímeros biodegradables
  • Gomas naturales (con ajustes de formulación)

En este caso, el reto suele estar en recuperar sensorialidad y estabilidad, lo que requiere optimización técnica.

3. Como opacificantes

En productos como champús o geles, los microplásticos aportan un aspecto lechoso y cremoso.

Opciones de sustitución:
  • Sistemas basados en mezclas de tensioactivos
  • Ésteres cristalinos
  • Dispersiones minerales compatibles con cosmética

Estas soluciones permiten mantener el impacto visual sin recurrir a polímeros persistentes.

4. Como encapsuladores

Algunos activos o fragancias se encapsulan mediante microplásticos para mejorar su estabilidad o liberación.

Alternativas emergentes:
  • Encapsulación con polímeros biodegradables
  • Sistemas basados en biopolímeros
  • Tecnologías de liberación controlada más respetuosas con el entorno

5. Otros usos técnicos

Los microplásticos también pueden actuar como:
  • Agentes filmógenos
  • Fijadores
  • Dispersantes
  • Acondicionadores

Aquí la sustitución depende en gran medida de:
  • La forma cosmética
  • El tipo de aplicación
  • El perfil sensorial deseado
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El papel del formulador en la transición “microplastic-free”

La sustitución de microplásticos no es un simple intercambio de ingredientes. Requiere:
  • Conocimiento técnico
  • Ensayos de reformulación
  • Ajustes de procesos y costes
  • Evaluación del impacto regulatorio y ambiental

Cada proyecto es único, y la selección de alternativas debe realizarse con una visión técnica y a largo plazo.

Conclusión

La eliminación de microplásticos en cosmética es una tendencia irreversible. Afortunadamente, hoy existen alternativas técnicas viables que permiten desarrollar formulaciones eficaces, estables y más sostenibles.

Para los técnicos de laboratorio, el reto está en equilibrar rendimiento, sensorialidad y cumplimiento normativo, anticipándose a un mercado en plena transformación.