¿Por qué es importante el pH en cosmética?

El pH (potencial de hidrógeno) es un parámetro esencial en toda formulación cosmética. Determina no solo la compatibilidad con la piel, sino también la estabilidad del producto, la eficacia de los activos y la conservación microbiológica.

Una crema con un pH incorrecto puede:
  • Desnaturalizar proteínas y alterar la barrera cutánea.
  • Inactivar activos sensibles (como los péptidos o los alfa-hidroxiácidos).
  • Provocar separación de fases o pérdida de viscosidad.
Por eso, ajustar el pH correctamente es una de las tareas más importantes en la fase final del desarrollo cosmético.

El rango ideal de pH según el tipo de producto

Cada tipo de formulación tiene un rango óptimo de pH que asegura su estabilidad y compatibilidad con la piel:
Rango de pH según el tipo de producto
Tipo de producto Rango de pH recomendado
Limpiadores faciales 4.5 - 6.0
Cremas faciales y corporales 5.0 - 6.0
Champús y geles de ducha 4.5 - 6.5
Desodorantes 4.0 - 5.0
Peelings químicos (AHA/BHA) 3.0 - 4.0
Productos capilares (acond.) 3.5 - 5.5
Protectores solares 6.0 - 7.5

⇒ Siempre debes verificar la compatibilidad de pH con los activos cosméticos que uses, ya que algunos pierden eficacia fuera de su rango.

¿Cuándo se ajusta el pH en una fórmula cosmética?

El ajuste de pH debe realizarse al final del proceso de formulación, una vez la emulsión está completa y a temperatura ambiente.
Esto permite medir un valor estable y evitar falsas lecturas.

Consejos clave:
  • Mide siempre el pH con un pH-metro calibrado, no con tiras indicadoras (estas solo orientan).
  • Ajusta lentamente, gota a gota, con agitador suave para no romper la emulsión.
  • Espera unos minutos antes de volver a medir: el valor puede cambiar tras la homogenización.

Reguladores de pH más utilizados en cosmética

Dependiendo del sentido de corrección, se utilizan diferentes agentes:

Para bajar el pH (acidificar):

  • Ácido láctico → Suave, biodegradable y ampliamente usado en cosmética facial.
  • Ácido cítrico → Económico, pero puede generar cristalización si se usa en exceso.
  • Ácido acético → Menos habitual por su olor, aunque eficaz en pequeñas dosis.

Para subir el pH (alcalinizar):

  • Hidróxido de sodio (NaOH) → Potente, se recomienda en soluciones diluidas.
  • Trietanolamina (TEA) → Muy usada en emulsiones tipo O/W, aunque en desuso por nuevas regulaciones.
  • Arginina → Alternativa natural con buen perfil cutáneo.

En cosmética natural o sostenible, el ácido láctico y la arginina son los más valorados por su origen biotecnológico y buena compatibilidad dérmica.

Interacciones con activos y estabilidad

El pH influye directamente en la estabilidad de los activos cosméticos:
  • Vitaminas (C, B3) → requieren pH específicos para mantenerse activas.
  • Conservantes como los ácidos orgánicos (sorbato, benzoato) solo son eficaces a pH < 5.5.
  • Polímeros espesantes (como los carbómeros) necesitan neutralización para alcanzar su viscosidad máxima.

Por tanto, el ajuste de pH no debe verse como un paso rutinario, sino como parte estratégica de la formulación.

Errores comunes al ajustar el pH

  1. Ajustar con la fórmula caliente → el pH varía con la temperatura.
  2. Añadir reguladores sin diluir → puede romper la emulsión o precipitar activos.
  3. No recalibrar el pH-metro → lecturas inexactas que comprometen el lote.
  4. Olvidar el pH final tras 24 h → algunas fórmulas cambian ligeramente con el reposo.

Conclusión

Un pH bien ajustado garantiza una fórmula segura, eficaz y estable.
Es un parámetro simple de medir, pero con gran impacto técnico y sensorial en el resultado final.

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